al Sur de un horizonte

El mejor monumento a las víctimas es la ausencia de monumentos a sus verdugos

KIEV o KYIV, la disyuntiva de lo políticamente correcto

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21 agosto 2017  (Ed: 15 junio 2019)  

  •  I Parte:  KIEV o KYIV, la disyuntiva de lo políticamente correcto.

Hace tiempo le comenté a un amigo alemán qué pensaba de la disyuntiva actual en la ortografía “Kiev – Kyiv”. Me respondió que en su país se escribe Kiew …y después de pensar un instante me contestó: Donde yo vivo, los españoles lo describen como ‘Alemania’, los rusos Германия (Germaniya) y los ucranianos Німеччина (Nimechchina). Cuando os pongáis de acuerdo y escribáis ‘Deutschland’, me lo vuelves a preguntar.

 Este artículo es una amplia reflexión constructiva ajena a cualquier debate.


Somos muchos los hispanohablantes que colaboramos en la causa de la agresión rusa sobre Ucrania y entiendo lo importante que es para un ucraniano reivindicar sus propios términos, sobre todo los de sus ciudades y más si son las más importantes y aún más si en muchos países el uso generalizado de estos vocablos coincide (ya veremos esto más adelante) con el empleado por la lengua del país que tanto daño les ha provocado y sigue provocando. Pero el legítimo intento de combatir la rusificación por parte de Ucrania debería hacerse en beneficio del idioma ucraniano y en detrimento del ruso, pero no hacerlo extensivo al resto de las lenguas.

…La conversación siguió un tiempo. Me preguntó cuál era el motivo de querer que cambiásemos la ortografía y le contesté resumidamente que tras la agresión rusa, algunos ucranianos e hispanohablantes les molesta que el vocablo ‘Kiev‘ generalizado en muchos idiomas, coincida con la transliteración del cirílico del término ruso. Que debíamos sustituirlo por ‘Kyiv’ porque es la ortografía transliterada del cirílico del término ucraniano Київ, y que este movimiento de cambio se agrupa bajo la etiqueta: #KyivNotKiev.

Le comenté que el argumento está sirviendo irónicamente para asentar poco a poco la idea totalmente errónea que la ortografía ‘Kiev’ procede de la transliteración actual de la ortografía del idioma ruso Киев, cuando en realidad es justo al contrario: los rusos emplean la ortografía Киев derivada del eslavo antiguo oriental «Кыѥвъ» escrito y hablado por los antepasados de los ucranianos desde hace más de mil años.

Esta ‘ancestralidad’ de los términos hace que no haya una correspondencia literal con las modernas ortografías evolucionadas y provoca  algunos anacronismos también en la lengua ucraniana como pueden ser Nimechchina / Kitay / Ispaniya.

(Ver sus etimologías en los enlaces al final de esta página).

Más de mil años tiene el nombre «Німеччина» «Nimechchina» con el que los ucranianos denominan a Alemania, cuyo origen es de la época de la Rus cuando los que llegaban del oeste a esas tierras permanecían «mudos», en silencio por no entender nada: nimtsi / nimi.

También más de un milenio tiene el término «Китай» «Kitay«, para denominar en Ucrania a China  haciendo referencia a la tribu Kitan que gobernaba el norte de China en el siglo X.

Aún más años tiene el nombre que le dan los ucranianos a mi país: «Іспанія» «Ispaniya» en alusión a la Ispania fenicia anterior a la Hispania romana.

Pero volvamos al vocablo ancestral «Kiev» que forma parte de mil años de la historia de Ucrania.

Evolución de la primera ortografía  K ы ѥ в ъ 

Kыѥвъ / Кыєвъ → → Києвъ / Кiєвъ → → Кыѣвъ / Киѣвъ / Къiєвѣ / Кіѣвъ

En las crónicas antiguas la ortografía del nombre de la ciudad era Кыѥвъ donde la «ы» transmitía el sonido protoeslavo (y) [ɨ]  y la «ѥ» el sonido iotado (е) [je].  Esta ortografía permaneció así durante mucho tiempo.

Más tarde, después de la fusión de los dos sonidos [ɨ] – [і] en uno nuevo [ɪ] aparece en torno a los siglos XIV-XV las ortografías Къıєвъ → Киевъ – Кіевъ en las copias de antiguas crónicas como los códices Lauretiense, Hipatiense o Radziwiłł. Después de la incorporación del nuevo yat’ (ѣ) aparecen Кыѣвъ – Киѣвъ – Кіѣвъ.

Київ aparece oficialmente tras la moderna reglamentación de la ortografía ucraniana de finales del siglo XIX, cuando el sonido [ɪ] se asigna a la letra «и» y el [ji] del iotado “nuevo yat” (ѣ) a la letra «ї». 

Evolución de la primera ortografía  K ы ѥ в ъ 

Alfabeto de Karion Istomin, 1696.

«Volodimir» y «Kiev» en la posdata final del Códice de Ostromir de 1057

El Evangeliario de Ostromir es el libro conocido más antiguo escrito en eslavo eclesiástico (eslavo antiguo) en la Rus de Kiev y fechado con precisión en 1056-57. Obra del diácono kievita Gregorio (Hryhoriy) para Ostromir, alcalde de Nóvgorod, perteneciente a  una familia de boyardos de Kiev y emparentado con el Gran Príncipe de Kiev Iziaslav I hijo mayor de Yaroslav I el Sabio. El códice es uno de los monumentos destacados de la cultura de Ucrania al reflejar características lingüísticas y ortográficas propias de la actual lengua ucraniana, además de ser una de las fuentes más importantes para el estudio del eslavo antiguo. 

En aquella época el núcleo principal del antiguo eslavo eclesiástico lo formaba el búlgaro antiguo, por lo que después de la cristianización de la Rus de Kiev en el año 988 según la Crónica de Néstor, estas escrituras eclesiásticas eran incomprensibles para los nuevos fieles cristianos, por lo que necesitaban ser adaptadas. Es por esto que en el monasterio de Pechersk en Kiev, durante la segunda mitad del siglo XI se adaptaron los Evangelios y una gran cantidad de Salmos. Los textos del Evangeliario de Ostromir se utilizaron en parte para crear gramáticas y diccionarios contemporáneos de la lengua eslava antigua. 

Kiev y Moscú en la época de la adaptación de los textos del antiguo eslavo eclesiástico

El idioma de la iglesia de la antigua Ucrania es un estudio de las fuentes primarias.

«Hace 300 años, por orden del zar Pedro I de Moscú, se prohibió la impresión en ucraniano y se eliminaron los textos ucranianos de los libros de la iglesia. Fueron reemplazados por libros de Moscú y rompieron así la antigua tradición del lenguaje litúrgico en nuestras tierras».

Irina Kostenko, Marina Ostapenko, Larisa Mudrak.  (enlaces al final del artículo).

Ver también:

«La lengua ucraniana, 400 años de censura»

«Rusia, un mito creado por Moscovia»

Ejemplos de la ortografía  Києвѣ – Кыєвъ – Києвъ en los siglos XIV – XV

Києвѣ en el Códice Lauretiense. 1377

Códice Lauretiense 1377 Titulo de la obra

Página 9 del códice Radziwiłł, o Crónicas de Königsberg, una de las tres fuentes más antiguas y próximas al texto original de la Crónica de Néstor. El códice incluye el «Relato de los años pasados” crónica del nacimiento de la Rus de Kiev.

Se puede observar en el texto resaltado cómo aparece por dos veces el término Кыєвъ y más adelante  Києвъ. Esto es un típico error del copista que aplica el término evolucionado y usado en los años de la copia en lugar del que aparece en el original copiado. Es lo que los expertos denominan ‘contaminación‘. 

La copia Radziwiłł de 1487 está basada en un original perdido de 1212 y este a su vez en otro desaparecido escrito en torno a 1180 que se considera como la copia del original de Néstor de 1116 (que es la famosa crónica de la Rus de Kiev basada en escritos anteriores) por lo que la variación del término Кыєвъ – Києвъ está en algún eslabón de esta cadena.

Києвъ en el Códice Lauretiense de 1377

Kiev en el Códice Lauretiense de 1377

Más arriba he subrayado los nombres de los hermanos cuya leyenda atribuye la fundación de la ciudad.

Kiev y sus diferentes ortografías en los códices y estudios sobre el «Relato de los años pasados».

Algunos saben casi de memoria este famoso pasaje de la Crónica de Néstor del cual muestro aquí la parte final. En la composición que he realizado se puede ver en negro la reproducción de la ortografía original de cada uno de los códices que son copias del «Relato de los años pasados» y en azul, estudios posteriores publicados.

Para los interesados, las fuentes de todos estos escritos aparecerán en la segunda parte de este artículo:

 LA CRÓNICA DE NÉSTOR. Reconstrucción de la Crónica Primaria de la Rus.

LA DISCUSIÓN ENTRE LAS DOS ORTOGRAFÍAS

  • ¿A quién beneficia?  
  • Es lógico que los mismos que combaten la rusificación de Ucrania publiciten que el vocablo Kiev procede del ruso?

Rusia ya ha robado bastante de la cultura y de la historia de Ucrania para que además se le regalen términos que no son suyos. No puedo entender a menos que sea por desconocimiento, cómo se les está haciendo este trabajo gratis sin caer en la cuenta que la trampa está lanzada desde Rusia en un intento más de desestabilizar y dividir a la sociedad tanto ucraniana como la del resto de países. (Más adelante veremos).

Como se irá viendo en este artículo, no me opongo a que cada uno use en su idioma correspondiente la transliteración de la ortografía actual ucraniana si lo cree conveniente. Nunca he hecho el más mínimo comentario al respecto.

El que quiera usar la transliteración ‘Kyiv‘ en sus textos (creo que algunos siguen sin entender la diferencia entre transliterar, transcribir y traducir), es muy libre de hacerlo y no va a encontrar en mí a un detractor. Sólo pido igual trato para los que usamos la ortografía oficialmente aprobada en nuestro idioma, y sobre todo, que se frene la publicidad gratuita y errónea que afirma que el vocablo y la ortografía Kiev procede del idioma ruso.

La ortografía oficial de la capital de Ucrania en nuestro idioma y la correspondiente en muchos otros idiomas son exónimos correspondientes a los topónimos de los mapas realizados por ingleses, italianos, franceses y alemanes, y de copias de antiguos mapas originales a partir del siglo X. Una época en que el idioma ruso no existía como tal.

En el caso de España, estos topónimos están avalados por organismos como el Instituto Geográfico Nacional ( IGN) a través de su Atlas Nacional de España (ANE), el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación  (MAEC) y la Real Academia Española (RAE).

A nivel europeo están respaldados por el compendio de normas establecidas por el Grupo Interinstitucional de Toponimia (GIT) en el llamado Libro de Estilo Interinstitucional.

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Mapas de la ciudad de Kiev.  Dos copias de antiguos mapas del siglo X, una del siglo XV y un original de 1695

 Ortografía de topónimos exónimos de la capital de Ucrania en algunas lenguas

españolKievletónKijeva
rusoКиевlituanoKijevas
polacoKijówafrikaansKiëf
inglésKievfinlandésKiova
bielorrusoКіеўeslovaco, checoKyjev
esperantoKievogriegoΚίεβο
alemánKiewserbioКијев
estonioKiievfrancésKiev

Este cuadro sólo es una muestra de una lista interminable.

DEFINICIÓN DE TÉRMINOS TOPONÍMICOS

El Glosario de términos de Naciones Unidas 2002 y adenda de 2007 para la normalización de los nombres geográficos, del Grupo de Expertos de Naciones Unidas en Nombres Geográficos (UNGEGN) define:

Exónimo: según la Ortografía de la lengua española (§3.1.2, p. 642), es el término «con que una comunidad de hablantes nombra un lugar que se encuentra fuera del ámbito de influencia de su lengua»

Ejemplos: Londres (exónimo español de London), Parigi (exónimo italiano de Paris). Ucrania (exónimo español de Ukraina transliterado de Україна). Kiev (exónimo español de Kyiv transliterado de Київ).

Endónimotérmino que utilizan los hablantes del lugar en la lengua autóctona.

Ejemplos: Aachen (no Aquisgrán ni Aix-la-Chapelle), London (no Londres). Ukraina transliterado de Україна, Kyiv transliterado de Київ.

Nombre tradicional: Exónimo usado de forma relativamente amplia por una comunidad lingüística determinada y que se utiliza con frecuencia en su tradición y en su literatura.

En sentido inverso, los ucranianos usan por un lado endónimos como Мадрид transliterado de Madrid (o mejor dicho: transcrito, porque los vocablos extranjeros los suelen transcribir más que transliterar). Pero por otro lado, usan exónimos como Лісабон (Lisabon) para referirse a LisboaSi empleasen el correspondiente topónimo de la lengua oficial de Portugal, deberían transliterar (o en este caso igual resultado transcribir) Лісбоа. Otros de tantos exónimos son: Рим (Rym)  para referirse a Roma o Гаага (Gaaga) para referirse a Den Haag (La Haya).

Ejemplos de transcripciones

Leruá Merlen

Kiev – Leroy Merlín – Transcripción (no transliteración) al alfabeto cirílico: Leruá Merlen, tal y como suena en francés.

Kiev – Restaurante Шато (Cható) transcripción del francés Chateau. (Castillo). Fonéticamente: Cható.

La transcripción de los nombres de ciudades y pueblos españoles al ucraniano no se detecta porque el idioma español destaca por la alta correspondencia entre ortografía y fonética, debido principalmente a que la escritura alcanzó un amplio nivel de difusión relativamente tarde y el lenguaje fue evolucionando sin una grafía impresa, por lo que al establecerse la ortografía, la pronunciación estaba ya bastante fijada.

La alta concordancia fonética de estos dos idiomas respecto a las grafías de sus respectivos alfabetos hace que la transcripción y transliteración, en la mayoría de los casos den el mismo resultado. Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza… la transcripción o transliteración al ucraniano no difiere.

Pero si vemos qué sucede con otros idiomas donde la correspondencia fonética es mucho menor, queda claro el uso de la trancripción.

Idiomas como el inglés o francés de ortografías más antiguas son mucho menos fonéticos por la razón contraria. Esto hace que podamos observar rápidamente en la siguiente imagen que en ucraniano los nombres de ciudades y pueblos de Inglaterra o Francia son el resultado de transcripciones y no de transliteraciones.

Transcripciones al ucraniano del inglés y francés

 

CRUZ Y CRUS

 Tom Cruise – Fallout.  Том Круз – Фолаут.  Tom CruzFolaut

Tom Cruise – Penélope Cruz. (Том Круз – Пенелопа Крус) debido a la transcripción al cirílico casi comparten apellido. Para mayor confusión, la fonética del idioma español conduce a pensar que Tom ‘Cruz‘ y Penélope ‘Crus‘ intercambiaron sus apellidos.

Las transliteración también tienen sus contrasentidos. Es frecuente ver una romanización del cirílico rescatada de un texto alemán, francés o inglés, aterrizando en un medio de comunicación español. La famosa película de 1965 Дoктор Живаго Doctor Zhivago es uno de los ejemplos más conocidos de cómo pronunciamos mal este apellido por fijarnos en el título y no en el audio del doblaje al español donde sí lo pronuncian bien. La Ж cirílica nos llega transliterada como Zh del inglés, por lo que no existe correspondencia fonética.

Doctor Zhivago (1965) basada en la obra homónima (1957) de Borís Pasternak

Otro problema añadido es la gran variedad existente de sistemas de transliteración, siendo algunos incompatibles entre sí. 

Veamos algunos de ellos.

  • Sistema Internacional Académico. Empleado desde el siglo XIX es la base de los sistemas GOST e ISO.
  • GOST 16876-(1971). Desarrollado por la Administración Nacional para la Geodesia y Cartografía de la URSS, ha estado en servicio durante más de 30 años y es el único sistema de romanización que no emplea tildes ni otros signos diacríticos. Fue reemplazado por GOST-2000.
  • GOST 7.79 (2002). Este estándar es la adopción de ISO 9:1995 y es ahora el estándar oficial de Rusia como y la Comunidad de Estados Independientes. (CEI).
  • ISO/R9. Establecido en 1954 y actualizado en 1968, fue la adopción del Sistema Internacional Académico por parte de la Organización Internacional de Estandarización (ISO). Cubre el ruso y otras siete lenguas eslavas.
  • ISO 9:1995. El estándar de transliteración que está en vigor. Está basado en su predecesor ISO/R 9:1968, al cual sustituye. Es el primer sistema independiente del lenguaje con un carácter para cada letra (ayudándose del empleo de signos diacríticos), el cual representa fielmente el original y permite la transliteración inversa para textos cirílicos en cualquier lengua contemporánea.
  • Sistema de Romanización de Naciones Unidas. El UNGEGN recomendó en 1987 un sistema de romanización para nombres geográficos, el cual estaba basado en GOST 16876-71​ Todavía puede ser encontrado en algunos productos internacionales de cartografía.
  • ALA-LC – 1997. Tablas de romanización para alfabetos eslavos de la American Library Association & Library of Congress empleadas en las bibliotecas estadounidenses.
  • BGN/PCGN. Sistema simplificado para crear versiones inglesas de nombres eslavos compatibles con los teclados anglosajones, al no requerir el uso de diacríticos.
  • Sistema de romanización de la AEPLR. Normas establecidas por la Asociación Española de Profesores de Lengua Rusa para la transliteración del ruso al castellano y temporalmente adoptadas por el Servicio de Traducción Española del Parlamento Europeo en 2005, pero retiradas por decisión de la jefatura de la unidad de traducción española a los pocos meses de su publicación.
  • Aun nos quedan las Taducciones Juradas que pueden seguir sus propias reglas. Por ejemplo Rusia, desde 2013 y para evitar confusiones y que todos los documentos de sus ciudadanos en cualquier idioma se puedan identificar como pertenecientes a una misma persona, se utiliza el nombre transcrito al alfabeto latino que las autoridades rusas han incluido en el pasaporte. El Servicio Federal de Migración de Rusia, en la transcripción de los nombres de los pasaportes aplica el sistema establecido por la Organización de Aviación Civil Internacional en el documento 9303 (Documentos de viaje de lectura mecánica). Anteriormente se habían utilizado varios sistemas como el GOST 52535.1-2006) o la transliteración según el sistema inglés o el francés en la época soviética).

De todas formas, aparte de las claras limitaciones que conlleva transliterar o transcribir; la historia de cómo ha llegado un exónimo a formar parte del vocabulario de cualquier idioma es del todo irrelevante a efectos de clasificación. Cartografía antiguas, imposiciones políticas, transliteraciones a través de otros idiomas, transcripciones fonéticas discordantes o cualquier otro tipo de avatar histórico o lingüístico en nada altera esta clasificación.

Se suele definir también a los exónimos como un fenómeno tradicional y habitual en todas las lenguas cultas que sigue plenamente vigentes. La mayor parte de los países tienen autoridades (ya sean nacionales o locales) encargadas de fijar el nombre oficial de los accidentes geográficos y entidades administrativas dentro del propio país, sin que tradicionalmente hayan intentado que el resto de lenguas lo adopten literalmente o renuncien a sus propias adaptaciones gráficas o fonéticas.

La comisión del UNGEGN que formula recomendaciones para proporcionar una nomenclatura geográfica única en todo el mundo, se vio obligada a acuñar el término exónimo, aceptando que existen términos tradicionales, firmemente arraigados, en los idiomas nacionales. Aunque lo aceptan, recomiendan que no se creen nuevos exónimos.

Sus críticos aducen que este tipo de sugerencias son meras declaraciones de intenciones sin consecuencias prácticas, pues la adaptación de nombres es un fenómeno perfectamente normal en casi todas las lenguas que no puede suprimirse por decreto.

Algunos lexicógrafos, suelen oponerse a esta nueva tendencia de ignorar las adaptaciones y siguen considerando obligatorio el uso de los exónimos, tanto tradicionales como de nueva factura, al menos en los ámbitos no oficiales.

A esto hay que añadir que existen claras discrepancias con algunos nombres establecidos por UNGEGN para la lengua española. Algunas obedecen a formas incomprensiblemente incorrectas en español:

  • Arabia Saudí / Arabia Saudita
  • Bielorrusia / Belarús
  • República Checa / Chequia
  • San Cristóbal y Nieves / Saint Kits y Nevis
  • Surinam / Suriname
  • Timor Oriental / Timor Leste
  • Vietnam / Viet Nam
  • Costa de Marfil / Côte d’Ivoire
  • Kenia / Kenya
  • Laos / Lao
  • Moldavia / Moldova
  • Nueva Zelanda / Nueva Zelandia
  • Palaos / Palau

En el ANE se han utilizado las primeras formas que son las denominaciones usuales en la lengua española y que se recogen también en el MAEC y están constatadas por el uso generalizado en la cartografía.

El lexicógrafo Martínez de Sousa justifica este criterio de la siguiente forma:

«En escritos no profesionales, en la literatura y el periodismo, los exónimos son de uso obligatorio, ya que las formas originales son desconocidas y carecen de entronque con la cultura popular y la fonética de cada lengua. Habría que utilizar una serie de signos fonéticos o combinaciones de letras que el grueso del público desconoce y solo sirven para desorientarle»

.José Martínez de Sousa, Manual de Estilo de la Lengua Española, 2007, pág. 371

Si  al igual que ocurre con Kyiv, tuviésemos que emplear el resto de endónimos de capitales y países, nos podemos encontrar con vocablos en muchos casos irreconocibles

Albania: Shqipëria Armenia: Hayastan China: Zhōngguó
 Egipto: Misr Georgia: Sak’art’velo Groenlandia: Kalaallit Nunaat
 Hungría: Magyarország Maldivas: Dhivehi Raajje India: Bhārat
 Marruecos: Al Maghrib Suecia: Sverige Finaldia: Suomi
 Estonia: Eesti Lituania: Lietuva Montenegro: Crna Gora

Con el listado de capitales sucede lo mismo, por no decir peor.

Por su parte, las academias de la lengua española señalan en la ‘Ortografía de la lengua española de 2010’ que es recomendable seguir utilizando los exónimos tradicionales asentados en idioma español, particularmente cuando el uso por los hispanohablantes sigue siendo vigente.

Estos asentamientos llegan a ser tan rígidos como el de la ciudad de Sevastopol (Севастополь), donde en casi todos los textos en diferentes idiomas veremos la transliteración defectuosa ‘Sebastopol‘. La confusión de la V cirílica con la B latina es un error arrastrado y preservado en mapas cartográficos, cuya amplia divulgación a terminado por fijar la ortografía alternativa.

IGN-ANE Toponimia Endónimos y Exónimos

IGN-ANE Toponimia.  Endónimos y Exónimos

IGN Endónimos y Exónimos

IGN. Endónimos y Exónimos (en amarillo Ucrania)

Listado de países y capitales: nombre español / local

IGN. Discrepancias del ANE con los nombres establecidos por la UNGEGN

EUROPA – LIBRO DE ESTILO INTERINSTITUCIONAL

Normativa de obligado cumplimiento por todos los traductores, revisores y correctores de las diversas instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea.

De igual forma que el IGN como hemos visto, es la entidad considerada por Naciones Unidas como la autoridad nacional que publica la toponimia oficial utilizada en nuestro país, el Libro de Estilo Interinstitucional, es el conjunto de normas reguladoras a nivel europeo. Esta normativa básica y obligada  para cualquier traductor es la encargada de armonizar la realidad institucional multilingüística europea respetando el carácter específico de cada lengua.

Esta obra, que se publicó y amplió durante los años 90 con veinticuatro grupos de trabajo de veinticuatro lenguas distintas se han convertido en la norma principal de redacción/traducción en la Unión Europea para todo aquello que deba ser escrito. Es decir, de cualquier procedimiento oficial por escrito que deban cursar ciudadanos, empresas u organizaciones que realicen cualquier tipo de trámite administrativo en la UE. Permisos, licencias, subvenciones, normativas, exportación, importación, educación, medio ambiente, justicia, ciencia y tecnología, agricultura y pesca, industria…

Todos los sectores y actividades que necesiten algo de la UE, a los que la UE les solicite algo, o vayan a operar en otros países de la UE, han de contar con un traductor de toda la documentación necesaria y contará con el libro interinstitucional para asegurarse de que todo es acorde a la norma. Un error en la traducción, en estos casos, puede implicar el fracaso de una solicitud, o cuando menos, problemas de tramitación. 

Cualquier ciudadano u organización europea pueden solicitar una copia, desde este enlace:

Descarga / Solicitud del Libro de Estilo Interinstitucional

En el Anexo 5 del Libro interinstitucional  para la legua española: LISTA DE ESTADOS, TERRIRORIOS Y MONEDAS podemos leer:

«Esta lista no es una toma de posición oficial de las instituciones europeas sobre el estatuto jurídico o político de las entidades mencionadas». «Se ha elaborado en consulta con la Real Academia Española, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España y otras instituciones [IGN] interesadas en la toponimia extranjera en español».

En el apartado «NORMAS DE USO» podemos leer:

 La lista «es el fruto de un arduo trabajo de investigación y discusión de varios años, que arranca de la labor iniciada ya en 1986 por diversos traductores, terminólogos y correctores de las instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea. Tras numerosas polémicas, consultas y debates, un grupo de trabajo específico del Grupo Interinstitucional de Toponimia (GIT) ha logrado elaborar una lista única finalmente aceptada por los servicios de traducción de las distintas instituciones».

«Así pues, esta lista tendrá carácter normativo y deberá ser seguida por todos los traductores, revisores y correctores de las diversas instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea». 

En el listado del Anexo 5, la fila referente a Ucrania y Kiev, está resaltada en amarillo.

Europa – Libro de estilo interinstitucional

 

Google nos recuerda que no es por ahora la ortografía aprobada en español

 

  

En los cambios exigidos aduciendo criterios lingüísticos:

– ¿El caso de Kiev sería el único?

– ¿Qué sucede con las demás ciudades y pueblos de Ucrania?

– ¿Los criterios lingüísticos pueden aplicarse de forma arbitraria o discrecional?

– ¿Qué sucede con el exónimo Ucrania? ¿Deberíamos escribir el endónimo Ukraina?

– ¿Por qué no existe por ahora ninguna reivindicación de cambio con el topónimo de la nación y sí de la capital?

– ¿Tiene algo que ver que el endónimo Ukraina es una transliteración válida tanto del ucraniano Україна como del ruso Украина y como no es posible la diferenciación, a nadie parece importar que usemos el exónimo Ucrania?

– ¿Tiene algo que ver que el endónimo Kyiv es una transliteración válida del ucraniano Київ, pero no del ruso Киев y como es posible la diferenciación, parece importar que usemos el exónimo Kiev?

– ¿Por esto piden que usemos el endónimo Kyiv en lugar del exónimo Kiev? ¿Para que no se relacione con Rusia?

Creo que queda bastante claro que el problema que subyace no es de carácter lingüístico.

Entonces, si la reivindicación del cambio es por otros motivos, aunque nos solidaricemos con la causa ucraniana:

– ¿Debemos cambiar nuestros vocabulario de topónimos sólo parcialmente y adaptarlo a una realidad que no es la nuestra?

– ¿Es lógico que lo que emocional o políticamente afecta a una sociedad, repercuta en las demás?

– A los que exigen el cambio, ¿Se les puede exigir que hagan lo mismo con sus exónimos?

– ¿Cuántos conflictos están sucediendo actualmente entre países donde está inmerso el tema lingüístico por razones políticas?

– ¿Debemos cambiar los topónimos de las ciudades y de los países conforme se sucedan los conflictos?

 A estas últimas preguntas se refiere este interesante artículo: “What’s in a Name? Political Correctness” del que publico unas líneas obviando su parte más irónica, pues como ya he dicho, mi intención no es el debate sino aportar argumentos constructivos:

…”Si los pueblos agraviados pudiesen imponer lo que consideran que son los cambios de nombres legítimos, el mapa político del mundo se convertiría en irreconocible para muchos”…

…»Es difícil saber con precisión cuando Pekín se convierte en Beijing, Birmania en Myanmar, Camboya en Kampuchea y luego de nuevo en Camboya, La República del Congo en Zaire y de nuevo en Congo.

Pekín y Cantón se convirtieron en Beijing y Guangzhou respectivamente porque los chinos romanizaron su alfabeto. Lo mismo se aplica a Corea, que también romanizada, se convirtió en Pusan ​​Busan. De hecho sigue existiendo la Universidad Nacional de Pusan ​​en Corea del Sur.

India puede insistir en que Bombay es ahora Mumbai, pero la Bolsa de Bombay se mantiene el nombre del operador comercial. Tampoco la Bombay Gin cambió su nombre a Mombay Gin…

[ Leer más del artículo en el apartado final: fuentes, enlaces y extractos ]

Cuando la cuestión deja de ser puntual, si aceptamos que todos los países que reivindican sus términos originales, bien por conflicto, bien por memoria histórica, tienen el mismo derecho que los demás a estos cambios, es cuando nos damos cuenta que entraríamos en una dinámica que no acabaría nunca.

Que los ucranianos reivindiquen su lengua y los términos de su territorio y los den a conocer me parece lógico, pero siempre y cuando se respete el término usado en otros idiomas, sea cual sea su origen o a qué les pueda recordar, por muy molesto que para algunos pueda resultar. Al fin y al cabo lo que escribo lo hago en mi idioma. Amo mi lengua y respeto mis instituciones lingüísticas, intentando hasta donde sé (con algunas excepciones), no saltarme sus reglas y defiendo mi vocabulario oficial como cualquier ucraniano defiende el suyo.

Adelanto también dos párrafos del artículo “KIEV OR KYIV” del profesor Andrei Gregorovich donde trata la misma problemática con el idioma inglés y que puedes leer más adelante:

…»Al usar en inglés la forma Kiev, mantenemos nuestro vínculo con la antigua lengua ucraniana y 1.000 años de nuestra historia. Si Kievan Rus es una parte integral y directa de la historia de Ucrania, entonces tenemos el derecho a la antigua lengua ucraniana que se habló allí y también al nombre de Kiev. El mundo de habla inglesa y la mayor parte del mundo, reconoce hoy el nombre de Kiev; cualquier otra forma, ayuda a Moscú a confundir y oscurecer la capital ucraniana en todo el mundo…

…Si Kiev era lo suficientemente bueno para Taras Shevchenko y lo suficientemente bueno para los ucranianos durante 1.000 años entonces debe ser suficientemente bueno para todos»…

[ Leer más del artículo en el apartado final: fuentes, enlaces y extractos ]


Reflexiones

 Hace tiempo que recibo en el correo de este blog y en la página de facebook ‘Vientos del Este’ además del canal de Youtube, comentarios y sobre todo mensajes por privado aconsejándome (y a veces exigiéndome) que cambie los nombres en los títulos y textos de las ciudades de algunos artículos y documentales sobre Ucrania, reivindicando el vocablo ucraniano del término, como puede ser el caso de Kiev por Kyiv o Chernóbil por Chornobyl.

Mi contestación siempre es que esos documentales ya incluyen por sí el término en sus créditos cuando fueron realizados y a los que no se les puede ‘dar marcha atrás’, y que por ejemplo, en el caso de la central nuclear, el desastre ocurrió en 1986 en tiempos de la URSS y saltó a los titulares de los periódicos de todo el mundo como Chernobyl o Chernóbil. El término forma ya parte de la memoria colectiva mundial y creo que si el desastre hubiese ocurrido hoy día, seguramente sería Chornobyl el término más usado y ni yo, ni nadie, tendríamos problema en escribirlo así.

El caso de Kiev sigue la misma pauta pero en lugar de 30, son más de 400 años de uso generalizado de este término en nuestra lengua y muchas otras, por cierto …muchos más que el vocablo Kyiv, aparecido a finales del siglo XIX.

Este blog comenzó a escribirse en 2010 y la mayoría de los relatos sobre mis viajes a Ucrania, desde Kiev a Odesa o Transcarpatia y desde Sevastopol hasta Feodosia están escritos antes de 2014. (Escritos en una época en que ‘casualmente’ nadie cuestionaba estos términos). Los enlaces creados, los títulos publicados y los nombres de los sitios visitados están en este blog tal y como los conocí, por lo que:

·        En primer lugar, sería una enorme tarea cambiar cada una de las innumerables veces que aparecen.

·        En segundo lugar, porque si cambio estos enlaces, rompo la información almacenada con el tiempo en los sitios donde se ha compartido y esto va en perjuicio de mi blog y de los que lo leen.

·        Y en tercer lugar y más importante, porque aunque fuese posible, simplemente no estoy dispuesto a hacerlo porque soy consecuente con mi idioma y mi diccionario y tengo muy claro que amo mi idioma ‘como mínimo’ igual que cualquier extranjero el suyo.

Hace tiempo publiqué un extenso artículo sobre la persecución de la lengua ucraniana por parte de Rusia a través de la llamada ‘política de rusificación’: “La Lengua Ucraniana, 400 años de censura” es una recopilación de numerosas fuentes, de las innumerables leyes, edictos y medidas del gobierno ruso aprobadas durante cuatro siglos para perseguir y censurar la lengua ucraniana. En español no había una recopilación publicada con tantos datos.

El artículo fue compartido en otros blogs y webs, por lo que el texto podía leerse tal cual estaba escrito, ya que simplemente era un enlace al texto original. La sorpresa me llegó unos meses más tarde cuando me avisaron que el texto de mi artículo aparecía reeditado y ampliado en otro de nueva creación (también en español, no digo traducido ya que sería distinto) pero los vocablos que no se ajustaban a las sensibilidades actuales de la problemática ucraniana habían sido sustituidos o lo que es lo mismo, ‘censurados’. El exónimo oficialmente aceptado en español ‘Kiev’ desapareció del texto original y fue reemplazado por  ‘Kyiv’.

Como dije antes, no me quejé del cambio de ortografía y no hice ningún comentario al respecto, pero me pareció irónico que algunos de los que sufrieron la censura de la lengua ucraniana durante 400 años, precisamente en un artículo que habla de esto, se conviertan a su vez en censores de la lengua española, cuando precisamente es aquello de lo que debe huir cualquiera que lo haya sufrido.

No creo que haga falta aclarar que no es una contradicción aceptar que cada uno escriba la ortografía que más le guste en sus propios textos, pero no que la ya escrita en un trabajo sea ‘copiada’ y cambiada sin permiso o como poco sin aviso.

No es mi intención calentar este artículo con estos ‘daños colaterales’ pero creo que es necesario hacer ver que si uno quiere reivindicar, defender y hacer respetar sus propios términos, textos, principios culturales, lingüísticos y de identidad propia, debe hacer lo mismo con lo ajeno.

Hace poco un colaborador al que aprecio por su trato y su trabajo, me preguntó: ¿Cómo puede usted escribir en sus publicaciones el término ‘Kiev’ si tiene publicados artículos con la ‘desrusificación’ de Ucrania”?

Pensé: “Bueno, no exactamente, …el artículo que escribí no hablaba de la ‘desrusificación’ sino todo lo contrario, de la rusificación. Pero este lapsus me llevó a otra reflexión donde repito intencionadamente el vocablo ‘su’:

La ‘desrusificación’ es lo que están haciendo el pueblo ucraniano para sacudirse su pasado soviético y su presente con la Federación Rusa… están en su derecho de reivindicar la reparación de sus daños y de sus agravios. Se puede definir de muchas formas, pero la cuestión es que es su tarea interna; la que están llevando adelante con su idioma, su cultura, su lengua, sus monumentos y sus recuerdos dentro de su territorio.

Pero cuidado …no fuera de él.

Apuntarse al movimiento ‘Leninopad’ Ленінопад y recorrer Ucrania derribando símbolos soviéticos, es una cosa; pero salir a Italia y acercarse a Bolonia a convencer a los habitantes de Cavriago para que hagan lo mismo con su busto de Lenin, es un tema bien distinto.

Si aplicamos a las lenguas de cada país este mismo principio de identificación cultural, debería estar todo dicho.

Entiendo que algunos intenten aconsejar al foráneo el cambio de vocablo y si este está de acuerdo en anular toda la terminología de su memoria y saltarse las reglas de su idioma; que lo haga. …Allá él, es su decisión.

Pero cuando el consejo se vuelve repetitivo y pasa a ser un velada exigencia y se empieza a censurar los términos en otras lenguas, esto desanima a la cooperación. Cuando ves que el mensaje de un trabajo publicado pasa desapercibido, cuando ves que el ‘fondo’ de un artículo se vuelve inexistente y que sólo adquiere relevancia ‘la forma’ de cómo está escrito tal o cuál término y si se debe o no escribir así, sinceramente …es desalentador. Todo esto no tiene ningún sentido y nos lleva a un callejón sin salida que no beneficia a nadie.

Lo obligado nunca funciona y como dije antes: la imposición es aquello de lo que debe huir cualquiera que la haya sufrido.

 En mi caso, los topónimos de las ciudades en su correspondiente lengua (autónimos o endónimos) como Kobenhavn, London, Antwerpen, Wien, Den Haag o Warszawa son en mis recuerdos términos  carentes de significado y vacíos de contenido. Vocablos mudos en mi memoria que nada remueven porque nada hay atado a ellos. 

No recuerdo la Catedral de Santa Sofía de Kyiv, ni la sirenita de Kobenhavn, ni la extraña sensación de conducir por la izquierda en London, ni haber visto la bella plaza mayor de Antwerpen, ni pasear por los parques de Wien, ni tampoco la explosión de colores de los campos de tulipanes cerca de Den Haag, ni el idílico entorno del Palacio sobre el Agua de Warszawa. Estos recuerdos, todas estas vivencias, están ligados a otros nombres y sólo con ellos cobran vida en mi memoria, mostrándose en toda su magnitud.

Sin embargo, los exónimos empleados en mi lengua: Kiev, Copenhague, Londres, Amberes, Viena, La Haya, Varsovia son los encargados de guardar mis recuerdos.

Puede que para los que abogan por el cambio de ortografía les importe más bien poco mis recuerdos, pero claro, …a mí sí.

Tratar de cambiar la tendencia de cualquier persona acostumbrada a expresarse en los términos aprendidos en su niñez, sujetos a múltiples recuerdos y vivencias y aprobados oficialmente en su idioma, si no existe ningún motor emocional que le impulse a ello es casi imposible y si se presiona se vuelve contraproducente. Me siento tan extraño escribiendo en mi idioma el endónimo Kyiv, como un ucraniano en el suyo: Лісбоа. Y seguro que los dos por igual aprendiendo a escribir correctamente Deutschland.

Es incongruente obligar al ajeno a compartir los problemas propios. Por parte de un extranjero y más si es un colaborador, no existe carga política, ideológica o emocional al mencionar una ciudad con el nombre que le enseñaron. Este mismo problema lo tendrían muchos más países donde no hay ninguna concordancia entre el término que usamos y el correspondiente en el idioma original.

Además no se trata sólo de cambiar la ortografía Kiev por Kyiv sólo en español. El mismo cambio se pide en cualquier otro idioma que no fuese ucraniano. Alemanes, italianos, británicos, franceses, holandeses …todos deberían cambiar el término como exigencia de un conflicto que aunque muchos apoyan, no les afecta directamente.

 

  Las cuatro ortografías más difundidas de Kiev con motivo del 1500 aniversario de su fundación

En nuestro caso, los organismos oficiales españoles son:

– La RAE en su última actualización sobre nombres de países y capitales en el apéndice 4 de la Ortografía de la lengua española de 2010;

– El ANE del IGN en su capítulo 2: Cartografía General de Referencia y Toponimia.

– El MAEC en su ficha de países,

establecen a día de hoy que la ortografía ‘Kiev’ es la oficial para la capital de Ucrania, del mismo modo que lo es Londres y no London para la capital de Reino Unido, Moscú y no Moskva, Viena y no Wien, Copenhague y no Kobenhavn …y tantos otros exónimos.

He leído que hay peticiones a la RAE para que ‘admita’ el cambio del vocablo Kiev por Kyiv y lo incorpore al diccionario DRAE. 

Aunque la iniciativa pueda parecer plausible, no va a funcionar porque en primer lugar la academia a afirmado en muchas ocasiones que el diccionario en ningún caso puede regirse por criterios de corrección política y en segundo lugar porque la RAE aunque actúa de ‘juez‘ en la gramática, en la que sí establece normas, sólo actúa de ‘notario‘ en la incorporación de nuevas palabras.

La RAE no ‘admite’ propuestas de cambios de vocablos; la RAE ‘incluye’, ‘incorpora’ o ‘registra’ palabras en uso, y el criterio para hacerlo es que el uso de ese término esté muy generalizado entre los hablantes.

Cada vez que la RAE incorpora nuevos términos,  las polémicas que se originan entre defensores y detractores son de sobra conocidas, olvidando que independientemente de si gusta o no el término, su registro oficial se debe única y exclusivamente a su uso generalizado. Si la RAE detecta que el uso de un término es empleado por una mayoría significativa de ciudadanos, aun con distintas acepciones pero perdurable en el tiempo, su obligación es registrarlo e incorporarlo al diccionario DRAE.

Por lo tanto, el cambio nunca va a llegar por una petición o reivindicación, por mucho que lo firmen cientos de miles de personas mientras la RAE no detecte que el término realmente se usa cotidianamente entre la mayoría los hablantes.

Puede que a alguien le suene que a partir de 2011 la RAE creó un canal para recibir críticas y propuestas relacionadas con el Diccionario. Estas propuestas son estudiadas e incorporadas a la edición digital si se consideran adecuadas, pero son relativas a la redacción del texto explicativo del vocablo, no al vocablo en sí.

marca para ampliar la imagen

Real Academia Española. Tratamiento de los topónimos.

Solo en aquellos casos en que se ha producido un verdadero cambio de nombre (y no una mera reivindicación de las formas locales de este) se recomienda la nueva denominación, que debe sustituir a la anterior.

 –

 En este punto es cuando algún lector puede decir: “pues bien… hagamos que todo el mundo use el término Kyiv y con su uso generalizado será incorporado por la RAE en su diccionario y sus equivalentes en el resto de las lenguas”.

Pero “hagamos” no debe ser una acción tan reiterativa que desemboque en una molesta presión. Menos aún que sea censora o imperativa, y si es a modo de consejo puntual; los consejos se aceptan …o no. Por solidaridad pocos van a cambiar su vocabulario, y como la petición siempre gira en torno a un eje: el malestar ucraniano a referencias rusas en su lengua y territorio, los que tenemos otra nacionalidad y otra lengua, dependiendo de la relación que tengamos con Ucrania, con Rusia y con nuestro propio idioma, nos afectará de forma muy desigual, por lo que queda descartado cualquier consenso.

Antes apuntaba que la RAE actúa como ‘juez’ estableciendo normas en la gramática, y nuestro idioma, como todos, tiene sus peculiaridades. Una de ellas es la dualidad en la pronunciación de la letra ‘Y’. Una peculiaridad que evita la concordancia de la pronunciación en la transliteración del vocablo Київ Kyiv

Nuestra ‘Y’ se pronuncia con sonido vocálico cuando va al final de una palabra (ley) o cuando se escribe entre dos palabras (dos y tres) pero cambia a sonido consonántico cuando va seguida de una vocal (leyes). En este caso el sonido [Y] cambia a [Ye]. Ejemplos con todas las vocales en el inicio de la palabra sería: yate, yegua, yihad, yodo, yuca o en medio de ella: adyacente, ayer, ensayismo, apoyo, ayuda.

Esto hace que aunque la transliteración del cirílico a nuestra lengua del vocablo Київ sea Kyiv, nuestra gramática nos obliga pronunciar el sonido (Y) como consonántico [yi] por ir seguida de otra vocal (i).

  • Por lo que la pronunciación del vocablo Kyiv sería: K-yi-v y no Ky-iv
  • Nuestra obligada pronunciación en español de la transliteración al alfabeto latino de К-иї-в (K-yi-v) daría como resultado aproximado fonéticamente en ucraniano:  Кьжiв  (К-ьжi-в
  • Curiosamente si la posición de las vocales en la transliteración fuese la inversa (Kiyv), la pronunciación en este caso Ki-yv sería muy aproximada a la ucraniana Ки-їв.

Ya que este vocablo transliterado del cirílico al latino en nuestro idioma no tiene la posibilidad de concordancia fonética, es otro inconveniente más para que se generalice su uso, aunque siempre habrá unos pocos que si no tienen ningún reparo en ignorar la ortografía oficial, tampoco lo va a tener en saltarse las reglas de pronunciación.

En los años 90 en algunos medios de habla inglesa hubo intentos de aproximar la pronunciación aportando el artificioso término Kyyiv.

El prestigioso historiador lingüístico ucraniano de la universidad y museo Taras Shevchenko de Toronto, Canadá Ed Burstynsky comentaba al respecto en una entrevista:

 …»En primer lugar, se debe mencionar que la ortografía Kiev, (Kiev, Kiow, Kiovia) se remonta a unos 400 años en el idioma Inglés y otros idiomas en libros y mapas. Esta ortografía se basa en la antigua ortografía en lengua ucraniana del nombre usado durante unos 1.000 años

…El profesor Burstynsky dijo que la ortografía Kiev, que refleja la antigua lengua ucraniana, es la mejor opción. Criticó especialmente la ortografía Kyyiv utilizado por The Ukrainian Weekly (ukrweekly.com) y se preguntó quién perpetró una ortografía tan tonta. Kyyiv en Inglés parece un error de ortografía y no una palabra real.

Parece ser que algunas personas ignorantes piensan que Kiev era una ortografía del «Ruso» y son totalmente inconscientes que fue utilizado durante miles de años por los ucranianos y sus antepasados en la Rus de Kiev. La ortografía de Kyiv se viene utilizando en Ucrania sólo desde el siglo pasado…

…Si Kiev era lo suficientemente bueno para Taras Shevchenko y lo suficientemente bueno para los ucranianos durante 1.000 años entonces debe ser suficientemente bueno para todos»…

[ Leer más del artículo en el apartado final: fuentes, enlaces y extractos ]

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KYYIV - Ukrainian Weekly

Ortografía Kyyiv utilizada por The Ukrainian Weekly en la década de los 90

No es casual que ahora se repitan los mismos patrones de los años 90 tras la independencia de Ucrania.

 

 Aunque no hay que viajar muy lejos en el tiempo. En el contador y geolocalizador de visitas de este blog ha aparecido desde hace unos días este mismo término artificial:

Kyyiv contador blog

 

Al principio de este artículo formulaba una pregunta: ¿A quién beneficia todo esto?

Como respuesta muestro algunos textos que hablan de este tema. Se puede estar o no de acuerdo con estas opiniones pero de lo que no hay duda es que el debate existe. Los calificativos empleados en estos artículos como es lógico pertenecen al autor correspondiente.

Extracto del artículo de Андрей Булгаров en Другой Взгляд (OTRA MIRADA): “TONTOS ÚTILES – EL IDIOMA EN LA OPERACIÓN ESPECIAL DEL KREMLIN”

 …»Usted probablemente ha notado que hoy de nuevo por alguna razón surgió el tema de la lengua. Parecía que hace un par de años lo habíamos aclarado todo: no importa en cuál idioma quieres a Ucrania – lo importante es estar dispuesto a dar su vida por ella. Pero aquí tenemos el problema de nuevo!»…

[ Leer más del artículo en el apartado final: fuentes, enlaces y extractos ]

 POLITOG – Extracto del artículo: ‘TODOS LOS ESCENAROS DE DESTRUCCIÓN DE UCRANIA’.

[ Leer más del artículo en el apartado final: fuentes, enlaces y extractos ]

 

Acabo con algunas conclusiones:

Al resto del mundo que vive al margen del conflicto ucraniano y habla otra lengua, bien por desconocimiento de la situación, bien por falta de empatía, o por no tener contacto con el país, no conoce ni le alcanza esta disyuntiva lingüística.

El colaborador, el que ayuda a la causa y el que tiene lazos con Ucrania, es el que se ve inmerso en esta situación.

Mis colaboraciones con páginas y grupos ucranianos se reducen poco a poco con el paso del tiempo. A veces me planteo qué nivel de rechazo pueden tener mis textos que incluyen la ortografía tradicional y aprobada de estos vocablos en mi lengua. No quiero incomodar compartiendo mis artículos en otros blogs ni que se vea como un reto por mi parte. No se trata de echar un pulso a ver quién tiene razón, porque la razón parece ser la cualidad más repartida sobre la Tierra …todos creemos tenerla.

Si para solucionar todo esto, tengo que ajustar mi vocabulario a la exigencia de una minoría; por principios y por coherencia no estoy dispuesto. Si colaborar en una causa significa tener que acatar ciertas consignas de una minoría que no tienen un fundamento oficial, no lo voy a hacer, porque vuelvo a repetir una vez más por si aún no quedó claro: en España el término KIEV es el oficialmente aprobado por los organismos e instituciones competentes: el ANE del IGN, el MAEC y la RAE. y en Europa está oficialmente aprobado por el compendio de normas establecidas para la lengua española por el Grupo Interinstitucional de Toponimia (GIT) en el llamado Libro de estilo interinstitucional de uso obligatorio para todos los traductores, revisores y correctores de las diversas instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea.

Los que abogan por el cambio deberían dirigir sus peticiones o exigencias a estas instituciones y no presionar a los que nos guiamos por la normativa vigente.

Mi reflexión final de todo este artículo es la siguiente:

KIEV O KYIV, LA DISYUNTIVA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO

 debería ser:

 KIEV Y KYIV, LA CONVIVENCIA DE DOS VOCABLOS QUE COMPLEMENTAN LA HISTORIA Y CULTURA DE UCRANIA


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 FUENTES, EXTRACTOS Y ENLACES

“Hace 300 años, por orden del zar Pedro I de Moscú, se prohibió la impresión en ucraniano y se eliminaron los textos ucranianos de los libros de la iglesia. Fueron reemplazados por libros de Moscú y rompieron así la antigua tradición del lenguaje litúrgico en nuestras tierras”.

 Irina Kostenko, Marina Ostapenko, Larisa Mudrak. «El idioma de la iglesia de la antigua Ucrania es un estudio de fuentes primarias».

https://www.radiosvoboda.org/a/30476902.html

https://www.radiosvoboda.org/a/ostromyslove-evanhelije/30921652.html

Extracto del artículo: KIEV OR KYIV?  de Andrew Gregorovich.  

Museo Taras Shevchenko. Toronto, Ontario, Canadá.   

Alexander Gregorovich’s story     

 
http://www.infoukes.com/faq/kyiv-2/index.html

…»En primer lugar, se debe mencionar que la ortografía Kiev, (Kiev, Kiow, Kiovia) se remonta a unos 400 años en el idioma Inglés y otros en libros y mapas. Esta ortografía se basa en la antigua ortografía en lengua ucraniana del nombre usado durante unos 1.000 años

…Los principales académicos como el lingüista ucraniano líder en el mundo, el Prof. George Shevelov (Universidad de Columbia, emérito) de Nueva York y el Dr. Edward Burstynsky, profesor de lingüística en la Universidad de Toronto, aprueban Kiev como la forma correcta del inglés para la capital de Ucrania…

…El profesor Burstynsky dijo que la ortografía Kiev, que refleja la antigua lengua ucraniana, es la mejor opción. Criticó especialmente la ortografía Kyyiv utilizado por The Ukrainian Weekly (ukrweekly.com) y se preguntó quién perpetró una ortografía tan tonta. Kyyiv en Inglés parece un error de ortografía y no una palabra real. Parece ser que algunas personas ignorantes piensan que Kiev era una ortografía del «Ruso» y son totalmente inconscientes que fue utilizado durante miles de años por los ucranianos y sus antepasados en la Rus de Kiev. La ortografía Kyiv se viene utilizando en Ucrania sólo desde el siglo pasado…

…Cualquier persona que quiere llegar al lector estadounidense o canadiense medio, utilizará un vocabulario y la ortografía que será familiar y no uno que confunda o desanime al lector…

   …Mediante el uso de la forma Kiev mantenemos nuestro enlace con la antigua lengua ucraniana y 1.000 años de nuestra historia. Si la Rus de Kiev es una parte integral y directa de la historia de Ucrania, entonces tenemos el derecho a la vieja lengua ucraniana hablada allí y al nombre de Kiev…  …Cualquier otra forma ayuda a Moscú para confundir y oscurecer la capital de Ucrania en todo el mundo…

…Si Kiev era lo suficientemente bueno para Taras Shevchenko y lo suficientemente bueno para los ucranianos durante 1.000 años entonces debe ser suficientemente bueno para todos…

A.G.

POLITOG – Extracto del artículo: ‘TODOS LOS ESCENAROS DE DESTRUCCIÓN DE UCRANIA’.

http://politolog.net/analytics/vse-scenarii-unichtozheniya-ukrainy-politolog/

 …[Para implementar este escenario es necesario asegurarse de la coincidencia de varios factores:

1 – El debilitamiento del gobierno central. Para ello, es importante para el Kremlin convertir a Ucrania en una república parlamentaria presidencial o debilitar lo más verticalmente posible otros organismos formales e informales.

2 – Fortalecimiento de las élites regionales. Contribuyendo a la descentralización económica, que de hecho, es la base para la federalización política. Con el soborno de las élites regionales, ya sea directamente o mediante cualquier tratamiento preferencial, la eficacia de su uso aumentará significativamente.

3 – Fortalecimiento de la división entre las regiones por razones culturales y lingüísticas. Para ello, el Kremlin necesita maximizar los dos polos extremos: la lengua rusa y sus fanáticos defensores y los apologistas de la ucranización, enfrentándolos entre sí. Si antes de la revolución la apuesta se hacía en primer lugar con la población de habla rusa, hoy para el Kremlin es más rentable hacer lo contrario: provocar a los nacionalistas extremos a través de sus agentes en su entorno, alimentando el odio por su parte a los ucranianos de habla rusa.

4 – El crecimiento del patriotismo y sentimientos asociados con todos los tipos de autonomía regional. A esto contribuirá en gran medida la incorporación al cuerpo de Ucrania de las ORDLO [zonas ocupadas de los oblast de Donetsk y Lugansk] a título de autonomías o sujetos federativos. Es muy probable que muchas regiones después de la reintegración de Donbás a condición de Rusia, emprendan por su propia iniciativa (o estimulados por agentes del Kremlin) pasos políticos, económicos y humanitarios para aislarse de los compatriotas readmitidos y del resto de Ucrania.

5 – La desestabilización de los gobiernos y la parálisis del sistema. Para esta idea, las elecciones parlamentarias anticipadas, no sólo es en sí mismo un factor de desestabilización, sino que también conlleva el riesgo de enviar agentes de peso al parlamento para que impidan la creación de cualquier coalición y la elección de primer ministro y así paralizar todo el proceso de reformas que el país se promueve activamente.

6 – El ascenso al poder de las fuerzas pro-rusas o populistas y la creación de condiciones favorables para el desmantelamiento de Ucrania. Para ello, el Kremlin compra paquetes de políticos individuales y partidos enteros, inspira y mejora el estado de ánimo de la protesta de la población que es portadora de un total descrédito al gobierno y todas las instituciones del Estado de Ucrania.

 Extracto del artículo de  Другой Взгляд (OTRA MIRADA): “TONTOS ÚTILES – EL IDIOMA EN LA OPERACIÓN ESPECIAL DEL KREMLIN”. Андрей Булгаров   14.12.2016

 http://othervision.info/полезные-идиоты-или-языковая-спецопе/

 Usted probablemente ha notado que hoy de nuevo por alguna razón surgió el tema de la lengua. Parecía que hace un par de años lo habíamos aclarado todo: no importa en cuál idioma quieres a Ucrania – lo importante es estar dispuesto a dar su vida por ella. Pero aquí lo tenemos de nuevo!

¿Y por qué, si usted es tan patriota, no habla en ucraniano?!

En todas estas peleas dejamos a un lado un pequeño detalle: la Corte Constitucional de Ucrania el 13 y 14 de diciembre inició el examen de la ley Kivalov-Kolesnichenko y su conformidad con la Constitución. ¿Qué tiene que ver esto con el tema? Veamos:

Si revisamos la colección de periódicos rusos y pro-rusos de hace tres años, y si miramos los archivos de webs similares, veremos que todo está repleto de titulares estúpidos diciendo que en Ucrania se prohibió la lengua rusa.

Pero soñaban con que la Rada Suprema en febrero de 2014 anulase la ley de Ucrania «Sobre los principios de la política estatal de idiomas», la llamada “ley de Kivalov – Kolesnichenko”.

En general, por supuesto no está claro para qué había que tocar el tema de los idiomas. Yanukovich acababa de huir, llevándose mil millones de nuestro dinero, la calle Institutskaya seguía manchada con la sangre de los de héroes de la Centuria Celestial. Pero diputados del (partido) “Svoboda” decidieron que la lengua es más importante que, por ejemplo, la ley de Confiscación especial (que por cierto todavía no está aprobada) o que castigar a los que mataron a los de Maydan.

Hoy ya sabemos que Rusia preparaba la anexión de Crimea desde hace mucho tiempo, pero como pretexto formal para la invasión sirvió precisamente «la persecución de los rusohablantes». Bruscamente hablando, “Svoboda” abrió las puertas al agresor, que fue y dijo al mundo civilizado: eh oye, yo defiendo a los rusos, veis lo que hacen los nacionalistas de Kiev!

Pero lo más absurdo es que la derogación de la ley Kivalov – Kolesnichenko no ha entrado en vigor. El sustituto temporal del presidente de Ucrania y el speaker del parlamento Turchínov, no lo terminó de firmar.

 Extracto del artículo: “What’s in a Name? Political Correctness” publicado en Strategic-culture.org

 http://www.strategic-culture.org/news/2015/05/14/what-in-a-name-political-correctness.html

…”Si los pueblos agraviados pudiesen imponer lo que consideran que son los cambios de nombres legítimos, el mapa político del mundo se convertiría en irreconocible para muchos”…

…»Es difícil saber con precisión cuando Pekín se convierte en Beijing, Birmania en Myanmar, Camboya en Kampuchea y luego de nuevo en Camboya, La República del Congo en Zaire y de nuevo en Congo.

Pekín y Cantón se convirtieron en Beijing y Guangzhou, respectivamente, simplemente porque los chinos romanizaron su alfabeto. Lo mismo se aplica a Corea, que también romanizada, se convirtió en Pusan ​​Busan. De hecho sigue existiendo la Universidad Nacional de Pusan ​​en Corea del Sur.

India puede insistir en que Bombay es ahora Mumbai, pero la Bolsa de Bombay se mantiene el nombre del operador comercial. Tampoco la Bombay Gin cambió su nombre a Mombay Gin

Macedonia se vio obligada a unirse a las Naciones Unidas bajo el nombre artificial de «ARYM», o ex República Yugoslava de Macedonia, porque Grecia se opuso al uso de Macedonia, alegando que pone en peligro su soberanía sobre las zonas fronterizas del norte, que también se conocen como Macedonia.

En Israel los gobiernos encabezados por Binyamin Netanyahu han insistido en que los nombres de sus ciudades no sean conocidas por sus nombres actuales, como es el caso de Jerusalén, en árabe Al-Quds o inglés Jerusalem, sino por las transcripciones de su nombre en hebreo: Yerushalayim. Nazaret pasa a ser Natzrat, y así mismo Jaffa será conocida sólo como Yafo. El régimen de Netanyahu insiste en que estos cambios son debidos a que Israel es un estado judío y el hebreo es su idioma oficial.

Algunos en Sudáfrica tratan de cambiar oficialmente el nombre de la ciudad de Pretoria a Tshwane. Otra propuesta es para cambiar el nombre de Ciudad del Cabo al nombre bantú Khoisán.

El pueblo de la colonia estadounidense de Guam, ya ha logrado que su capital de Agana cambie a Hagatna. El siguiente paso es cambiar «Guam» de nuevo al nombre original de «Guahan».

Del mismo modo, el pueblo originario del sur del Pacífico, colonia francesa de Polinesia Francesa, quieren que su país se conozca como «Maohi Nui» y la gente nativa de Nueva Caledonia, quiere se cambie al original Kanaky.

Los habitantes de la colonia chilena de la isla de Pascua insisten en que su isla se llama Rapa Nui y no el nombre que un explorador holandés le otorgó a la isla cuando ‘se descubrió’ en 1722.

Los maoríes de Nueva Zelanda se refieren a su país como Aotearoa y han convencido al gobierno de utilizar también el nombre de publicaciones y documentos oficiales.

 La eventual independencia de Escocia puede ver cambios del Inglés al gaélico con nombres como las Hébridas exteriores que pasan a ser Nah-Eileanan Siar»…


 ENLACES

¿Kiev o Kiev ? ¿Por qué es tan difícil de responder la pregunta de cómo llamar a la capital de Ucrania?

https://www.calvertjournal.com/features/show/4927/kiev-now-kiev-or-kyiv-what-to-call-ukraines-capital

 Київ ortografía

https://uk.wikipedia.org/wiki/Київ

 Ucrania ortografía

https://uk.wikipedia.org/wiki/Український_правопис

 RAE – Países y capitales con sus gentilicios.

http://www.rae.es/diccionario-panhispanico-de-dudas/apendices/paises-y-capitales-con-sus-gentilicios

 RAE – Tratamiento de los topónimos.

http://www.rae.es/diccionario-panhispanico-de-dudas/que-contiene/tratamiento-de-los-toponimos

IGN – Instituto Geográfico Nacional 

Endónimos y Exónimos

Atlas del Instituto Geográfico Nacional (pdf)

Cartografía General de Referencia y Toponimia

Europa – Libro de estilo interinstitucional

http://publications.europa.eu/code/es/es-5000500.htm

UNGEGN – United Nations Group of Experts on Geographical Names

Geographical Names Database

 Cavriago, Italia. Busto de Lenin.

http://www.comune.cavriago.re.it/canali-tematici/cosa-vedere/busto-lenin.aspx

Ampersand Traduciones