Como ya apuntaba hace dos semanas en el post anterior sobre la vuelta a casa de la teniente Savchenko:
«…ahora todos los políticos se apuntan a la foto, pero en poco tiempo algunos empezarán a sentirse incomodados por las ‘verdades como puños’ que esta mujer nos tiene acostumbrado en sus declaraciones, y esto es algo que no encaja en el hacer de la clase política, fiel al término medio, la ambivalencia y al color gris, cambiante según apunte la veleta de los vientos…»
Parece ser que ese ‘poco tiempo’ se ha agotado.
Nadezhda Savchenko en la Rada
con las banderas de Ucrania y de los Tártaros de Crimea.
«Si voy a ser un misil balístico o una bomba de relojería, no será para Ucrania, sino para el enemigo», dijo en un popular programa de la televisión ucraniana este fin de semana.
Nada más pisar tierra, en un acto con el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, Sávchenko dejó claro que negociar con el enemigo no es lo suyo: «lamentablemente la paz sólo es posible por medio de la guerra, hay unos límites que al cruzarlos no dejan otra vía».
Días después, cuando el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, defendió el levantamiento gradual de las sanciones a Moscú, a medida de que se implemente los acuerdos de Minsk, Sávchenko dijo que «me saca de quicio que mientras en Ucrania mueren soldados, Alemania hable de suavizar las sanciones».
Apenas sin tiempo para acomodar los pies descalzos sobre su escaño en la Rada Suprema ucraniana, paralizó con su primera iniciativa parlamentaria la reforma judicial exigida a Ucrania por Occidente y defendida por el propio Poroshenko.
Junto a otro compañero, Sávchenko registró un proyecto de ley para revocar la reforma judicial aprobada un día antes por la mayoría de los diputados, con lo que frenó el procedimiento legal para su promulgación y entrada en vigor.
Durante su intervención para defender el voto en contra de la reforma, subió a la tribuna con un extensor en la mano y lo comparó con «una granada, que es ahora mismo Ucrania».
«El cuerpo de esta granada es nuestra Ucrania. La anilla es la Constitución, y el seguro, nuestro Donbass», dijo para argumentar que cualquier reforma de la Constitución sin unas autoridades fuertes, sería como tirar de la anilla de la granada y esperar que la integridad territorial del país no reviente.
Una vez más, la aguerrida diputada dejó claro que no está por la aplicación de los acuerdos de Minsk, negociados con los separatistas prorrusos, que exigen una reforma de la Carta Magna ucraniana para garantizar el autogobierno a las regiones sublevadas.
Con 35 años recién cumplidos, la piloto condenada en Rusia por el asesinato de dos periodistas, no es una política al uso ni tiene intención de serlo.
«Intentan arreglarme, vestirme, aconsejarme qué tipo de político debo ser y cómo tengo que hablar», describió sus primeros pasos en la política ucraniana la joven militar que se pasea descalza por el hemiciclo y no tiene reparos en llamar vagos y mentirosos a sus compañeros.
Habla en tono agresivo y muchas veces a gritos, y no se corta para insultar o para echar mano del lenguaje soez, como hizo al señalar ante las cámaras, a la salida del salón de plenos de la Rada, que los diputados dicen «putas mentiras todos los días a la gente».
No es la primera combatiente del este de Ucrania que se sienta en el Legislativo, ni tampoco la más radical, pero sí destaca sobre los demás por un currículum intachable en política, un historial de enconada resistencia ante las autoridades rusas y una honestidad que puede calar entre la hastiada población ucraniana.
«Quiero ser la misma de siempre», dijo Sávchenko al programa ‘Shuster Live’, anunciando que su frenética actividad, rebosante de denuncias en tan sólo cuatro días en el Parlamento, continuará le pese a quién le pese.
«La política se ha revolucionado en Ucrania con la vuelta de la ‘Margaret Thatcher’ ucraniana», dijo el diputado Vadim Rabinóvich al valorar los primeros cuatro días de Sávchenko en la Rada Suprema.
«El presidente ruso, Vladímir Putin…, que indultó a la piloto hace menos de dos semanas a cambio del perdón a dos soldados rusos que cumplían condena en Kiev, …nos ha puesto en bandeja una revuelta en Ucrania», advirtió Rabinovich.
Mientras algunos expertos quitan importancia al encendido y agresivo discurso de la piloto, otros temen que como poco podría complicar el proceso de paz para el este de Ucrania al dar voz a nacionalistas radicales reacios a cualquier negociación con Moscú y con los separatistas prorrusos.