PUTIN Y STALIN EN EL ENSAYO DE EUROVISION
La cantante de Ucrania Yamala, tártara de Crimea, promete poner en aprietos a Putin y llevar los crímenes de Stalin al Festival de Eurovisión.
La canción dedicada a las víctimas tártaras de Crimea en 1944 tras la expulsión de la península por las autoridades soviéticas desafía el mito de ‘la Crimea rusa’ al tiempo que recuerda al mundo los crímenes contra la humanidad de la era de Stalin.
El Festival de Eurovisión es burlado sistemáticamente por sus voto abiertamente politizados, pero este año la competición pudiera ser testigo de una verdadera intriga geopolítica si los ucranianos optan por enviar a Yamala, la cantante tártara de Crimea para representar a su país, Ucrania.
La canción ‘1944’ es una poderosa balada en honor a las víctimas de la deportación masiva en la II Guerra Mundial de los tártaros de Crimea de su tierra natal a manos de Stalin. La melodía ya ha generado un enorme interés público en Ucrania y está en las semifinales del concurso de selección de la canción que representará a Ucrania en Eurovisión. Es la gran favorita para ganar la final nacional el 21 de febrero y si es seleccionada para Eurovisión, la inquietante canción de Yamala promete darle sabor a la competición, avergonzar al Kremlin y reivindicar la oposición de la población indígena tártara tras la anexión rusa de Crimea en 2014.

Yamala sería sin duda una representante apropiada de la nueva Ucrania ya que se ha convertido en un icono nacional para los ucranianos desde la invasión rusa de Crimea. Hija de padre y madre tártaros que se casaron durante el exilio, la familia de Yamala estaba entre las 250.000 deportadas en 1944 por supuesto colaboracionismo. Decenas de miles murieron durante el viaje y en los primeros años posteriores del exilio. Un exilio al que los tártaros llaman Sürgünlik y lo recuerdan cada 18 de mayo. Los tártaros de Crimea finalmente regresaron a partir de 1991 a su tierra ancestral tras el colapso soviético, cuando la península se convirtió en parte de una Ucrania independiente.
A principios de febrero de 2016, el Parlamento Europeo aprobó abrumadoramente una resolución de condena a Rusia por el tratamiento a los tártaros de Crimea en la península ucraniana ocupada. Esta fue la última de una larga lista de expresiones internacionales de indignación por las olas de represión que se han dirigido a la comunidad tártara de Crimea desde 2014.
Como un eco inquietante de la expulsión de 1944 muchos líderes de la comunidad tártara han sido exiliados de la península por las autoridades de ocupación rusas desde 2014 mientras que los que quedan han sido objeto de redadas, detenciones, secuestros y el cierre de organizaciones de su comunidad.
La canción de Yamala también tendrá ramificaciones históricas incómodas para Rusia. El Kremlin ha mantenido constantemente que Crimea fue históricamente siempre rusa, un mito que muchos en Occidente aparentemente han aceptado. En realidad, la colonización rusa de Crimea es un fenómeno relativamente nuevo que se produjo después de casi 400 años de dominio tártaro sobre la península. En 1944 la deportación masiva de los tártaros de Crimea en realidad jugó un papel importante en la consolidación de la dominación rusa étnica de la península con la llegada masiva de rusos alentados por el Estado, facilitándoles propiedades y tierras de las familias tártaras deportadas.
Ver en este blog: Tártaros de Crimea. Deportación y retorno
Algunas voces discrepantes han puesto en duda la sabiduría de la elección de un tema tan doloroso para un concurso asociado con el brillo y el desenfado, pero los partidarios parecen verlo como una oportunidad demasiado buena para dejar pasar.