Reflexiones sobre el artículo publicado en El Mundo: «Putin, un héroe mitológico» y sobre la exposición “Las 12 hazañas de Putin” publicado por El País con motivo de su 62 cumpleaños, donde un grupo de Admiradores de Vladímir Putin organizaron en octubre de 2014 una exposición en Moscú en la que se le representa llevando a cabo las 12 tareas de Hércules.
09.10.2014
La figura del MITO es el producto de una sociedad primitiva e insegura que está altamente jerarquizada y donde sus miembros se someten a un único criterio y a una sola voluntad dejando a un lado las propias creencias y opiniones en favor de las del líder, adoptando a cambio un comportamiento colaborartivo y de sumisión.
En una sociedad moderna, segura y democrática, la figura del mito ejerciendo un liderazgo fuerte y amenazador no es necesaria. En su lugar, son las instituciones altamente consolidadas las que permiten y garantizan el funcionamiento de la comunidad.
Una de las pinturas expuestas en la exposición de Moscú
Los mitos surgen cuando una sociedad que necesita referencias de la realidad para orientarse, al carecer de formación y de los valores necesarios para crear modelos coherentes, recurre a referencias equivocadas. Cuando la realidad no coincide con las predicciones de estos modelos erróneos, la manipulan o la reinterpretan para que encaje.


En tiempos de graves conflictos hasta las sociedades más modernas retornan a las formas más rígidas de liderazgo debido a que el nivel de riesgo e inseguridad se incrementa hasta niveles equivalentes a las que soportaban las sociedades más primitivas. Por tanto, la democratización del liderazgo y la consecuente desaparición del mito es un signo de evolución y madurez de las sociedades modernas como consecuencia de la seguridad en sí misma y sobre todo en las instituciones que la representan.
Los mitos no sólo son modelos equivocados o poco eficaces para la interpretación de la realidad, sino peligrosas trampas que producen víctimas reales y que en no pocos casos han aniquilado a civilizaciones enteras. No podemos culpar a estos pueblos por sus trágicas equivocaciones, pero tampoco podemos considerar que sus creencias sean respetables hasta el punto de permitir que invadan nuestras mentes en pleno siglo XXI y desplacen los modelos coherentes de los que disponen las sociedades evolucionadas.
Los doce trabajos de Hércules adjudicados a Putin en la exposición de Moscú
- Matar al León de Nemea y despojarle de su piel.
- Matar a la Hidra de Lerna.
- Capturar a la Cierva de Cerinea.
- Capturar al Jabalí de Erimanto.
- Limpiar los Establos de Augías en sólo un día.
- Matar a los Pájaros del Estínfalo.
- Capturar al Toro de Creta.
- Robar las Yeguas de Diomedes.
- Robar el Cinturón de Hipólita.
- Robar el Ganado de Gerión.
- Robar las Manzanas del Jardín de las Hespérides.
- Capturar a Cerbero y sacarlo del Inframundo.
Es significativo que de la lista, cuatro trabajos sean capturar, otros cuatro robar y tres de ellos matar. Cualidades todas ellas muy valoradas en cualquier sociedad bélica y primitiva sin un deseo consciente de querer evolucionar.