Lo que parecía un regreso tranquilo a la vuelta de unos días en las playas de Crimea, se convirtió por unas horas en una tensa espera.
La estación de tren se Simferopol, capital de Crimea, se convirtió la tarde del miércoles en un pequeño caos debido a una amenaza de bomba anunciada minutos antes de salir nuestro tren con destino a Kiev.
Pasaban 5 minutos de las 18.06, hora prevista para la salida de nuestro tren con destino a Kiev cuando apareció la revisora de nuestro vagón, con su teléfono móvil incrustado en la oreja y la cara crispada mientras nos gritaba que saliéramos todos al andén con todo nuestro equipaje mientras corría pasillo adelante intentando repetir las siguientes instrucciones que a su vez le daban a ella, imagino que desde el centro de mando de la estación.
La salida al andén fue ordenada y sin ataques de pánico. Una vez que todos estábamos fuera de los vagones, las revisoras bajaron una vez comprobado que no quedaba nadie dentro y se apostaron como estatuas en sus respectivas puertas , eso sí, con las caritas desencajadas y sosteniendo el teléfono móvil lo más pegado posible al oído, recordando con esta postura a un saludo militar sin descanso.
…Pero, y ahora …qué?.
Es que a nadie se le pasaba por la cabeza que estar parados en el andén era si cabe más peligroso que quedarse dentro de los vagones?. Por lo menos en caso de explosión, salvo el vagón que contuviera la hipotética bomba, los demás servirían de freno a la onda expansiva, pero el estar todos nosotros en aquel acerado clavados como palos en mitad del campo se me antojaba como el que espera parado en mitad de la sabana a que pase una manada de leones. Si hay que evacuar, se evacúa, pero no valen medias tintas.
Le dije a Kira que hablase con la revisora y que le trasmitiese esta preocupación. La contestación fue un triste eco soviético de épocas pasadas: …»Esperamos instrucciones».
…Esperamos… instrucciones?? Bien, pensé, pues por mí, sigue esperando cuanto quieras a que lleguen nuevas instrucciones, porque ahora mismo nos largamos a paso de tambor a un lugar más seguro que esta improvisada y macabra pista de bolos. Lo malo es que nuestro vagón era el Nº1 y la escalera subterránea que comunica los andenes estaba a 18 vagones de distancia, esto es más de 300m. Un tenso paseíto nos quedaba por delante. Cuando nos quedaba unos 50m para la escalera llegó la orden de que todos los pasajeros abandonaran el andén y se dirigiesen por la escalera subterránea hacia la sala de espera de la estación. …Vaya! …parece que alguien, 15 minutos después de la primera orden de evacuación de los vagones se ha dado cuenta de repente que el desprotegido andén donde nos encontrábamos más de 800 personas no era sitio para discutir y esperar a ver si la amenaza de bomba era o no verdadera.
Llegamos a la sala de espera y nos fuimos sentando todos con nuestros equipajes. Al cabo de unos minutos nos comunicaron por megafonía que no abandonásemos la sala hasta nuevas instrucciones. Unos 20 minutos más tarde estábamos viendo nuestra propia noticia a través de una pantalla de la sala destinada a entretener al público en las esperas y que en ese momento estaba sintonizada con el canal de noticias de Simferopol.
Nos llegaron noticias aisladas de que desengancharon medio tren para su revisión y más tarde el otro medio. Apareció un coche de bomberos, artificieros de algún cuerpo especializado y un grupo de sanitarios que con sus batas verdes y blancas se unían al resto de pasajeros como curiosos espectadores de lo que estaba sucediendo. Por supuesto un batallón de peridistas desembarcaron en los andenes intentando conseguir la mejor de las imágenes para sus respectivos periódicos y cadenas de televisión.
Al cabo de una hora salí a echar un vistazo. Todo estaba tranquilo y la gente hablaba en voz baja de sus cosas, esperando que se aclarara la situación.
Vídeo que tomé durante la evacuación de un tren de cercanías que llegó a las 19.30
Y pienso, …era inevitable que trenes posteriores tuvieran que llegar hasta la misma estación donde estaban procediendo en esos momentos al registro de explosivos?. No podían por seguridad parar a una cierta distancia de la estación?
Dos horas después del primer aviso de desalojo se nos comunicó que volviésemos a los vagones, cosa que todo el mundo hizo de forma tranquila y ordenada. Yo, como imagino que más de uno, iba pensando qué tal de entrenados estarían los perros de por aquí empleados en la detección de explosivos.
Como suele normal en estos casos la amenaza no pasó de ser más que eso, y más en días tan especiales como es el 9 de mayo, día en el que los ex-soviéticos conmemoran el día de la victoria y el final de la Gran Guerra Patria, día que aprovechan más de un descentrado para reivindicar tal o cual cosa, o intentar ser el centro de atención por unas horas.
Pero aun intuyendo que las posibilidades de que la amenaza de bomba fuese cierta no eran elevadas, no pude evitar por unos momentos recordar las imágenes de Madrid durante el trágico atentado del 11M, y pensar que los protocolos de evacuación en estos casos son de una importancia capital, y que a veces estos protocolos pueden marcar la diferencia entre un incidente trágico y una catástrofe a nivel de vidas humanas.

Finalmente comentar que las noticias del día siguiente tanto en tv, como en prensa apenas se hacen eco de lo sucedido la tarde del 9 de mayo en la estación de trenes de Simferopol, capital de la República Autónoma de Crimea. Imagino que ahora que empieza el europeo de fútbol en estas tierras no es una buena imagen para divulgar, y mejor que todo quede como una broma pesada de algún loco desquiciado con aires de protagonismo.
Aunque la versión oficial sea esta, nunca, como en otros muchos casos sabremos lo realmente sucedido.
Algunas de las las imágenes que tomé aquella tarde:
.
La orden de salir de los vagones es correcta, pero no el quedarnos en el andén pegaditos a los vagones como moscas. Lo que quiero decir es que la evacuación no debe estar limitada solamente a salir de los vagones. …Habrá que alejarse un poquito… digo yo.
Me gustaMe gusta
Pues no, yo no oí nada en la TV. En cuanto a la onda expansiva y que es má seguro estar dentro de un vagón, te doy la razón, pero como no se sabe en cuál… Imagina que no desalojan aquél en el que está y explota… Se les cae el pelo por no haber sacado a los pasajeros. Al final lo mejor es huir del andén como sea…
Al final todo queda en una anécdota para el recuerdo.
B.
Me gustaMe gusta